El icónico Hotel Gellért abrió sus puertas en 1918. Se convirtió en uno de los hoteles más lujosos de Hungría gracias a su magnífica arquitectura Art Noveau, su simétrica entrada hecha de cristal y espejos, su restaurante con una terraza panorámica desde la que contemplar unas vistas al Danubio que son Patrimonio de la Humanidad y que incluyen el precioso Puente de la Libertad. Los extraordinarios Baños Gellért también forman parte del edificio y su agua termal se usa desde la Edad Media. El hotel cuenta con encantadoras terrazas y balcones con vistas al Danubio, a los baños y a la verde colina que se encuentra justo al lado. El interior del hotel es una singular mezcla de Art Nouveau y diseño soviético de los sesenta. Por ejemplo, se pueden encontrar encantadores ascensores decorados con hierro forjado de más de cien años de antigüedad junto con extravagantes paneles de madera estilo años sesenta. Según cuenta en una entrevista, a Wes Anderson le inspiró muchísimo experimentar esta superposición de capas históricas. Fue bajo esta influencia que acabó de concretar sus ideas para la creación de The Grand Hotel Budapest. Esta localización resulta muy popular entre los cineastas, tanto para alojarse como para rodar. Por ejemplo, el hotel se convirtió en la casa de Elizabeth Taylor y Richard Burton durante toda una primavera mientras rodaban en Budapest. Escenas de la película I Spy (2002) se rodaron aquí, así como algunas partes de Mephisto (1981), la primera película dirigida por un húngaro que ganó un Oscar. Progressive Productions también ha rodado aquí un anuncio para Neffos.