Salgótarján es una ciudad húngara única encapsulada en la arquitectura gris de la era soviética. Bloques de viviendas imponentes, construcciones de cemento que se erosionan, arte público soviético e instituciones monumentales geométricas esperan a los equipos de producción que buscan localizaciones que pueden ser cualquier país del bloque comunista, Rusia o incluso Corea del Norte. En las décadas de 1950 y 1960, la ciudad experimentó un boom industrial que dio lugar a vastos y atrevidos proyectos de construcción brutalistas, pero tras el cambio político, la economía se hundió, lo que condujo a una duradera crisis financiera y a la austeridad. Por eso se pueden encontrar vastas zonas construidas con los estilos arquitectónicos comunistas más modernos, que ahora están subdesarrolladas o en desuso sin ninguna intervención contemporánea. Por lo tanto, muchas partes de la ciudad ofrecen innumerables posibilidades para rodar con gran angular piezas de época sin las habituales constricciones de los espacios urbanos mezclados con una gama de estilos arquitectónicos. Al carecer de la bulliciosa vida de la ciudad, hay numerosos edificios, calles y plazas que pueden cerrarse fácilmente para rodar o fotografiar, ya que no han tenido actividad durante décadas. Salgótarján es fácilmente accesible desde Budapest, ya que una nueva autopista permite viajar hasta allí en sólo una hora y media desde la capital húngara.