La primera tienda departamental de muebles en la Hungría socialista, inaugurada en la década de 1960, cerró sus puertas en el invierno de 2002. Hoy en día, la única luz que ilumina el edificio de casi 70 años proviene del sol que atraviesa una ventana en el techo en forma de halo sobre el salón central. La atmósfera inquietante, con una luz descolorida que se filtra en el salón y las incontables habitaciones que se extienden hacia los lados, invade cada piso de la estructura de cemento de tres niveles. El salón circular de este escenario distópico ofrece una ubicación de rodaje única, ideal para una interrogación en una película de espías, un intenso tiroteo o un discurso inspirador frente a una multitud.