El Café Central es una de las cafeterías más emblemáticas de Viena. Tiene 140 años de antigüedad, por lo que es un escenario realmente histórico. Durante sus primeros veinte años de vida, el edificio albergó el Banco Central Austrohúngaro y la Bolsa en la planta baja. En 1876 cambiaron de ubicación, dejando así que la cafetería abriese sus puertas. Rápidamente se convirtió en el centro de la desbordante cultura del café de Viena. A principios del siglo pasado, era frecuentado por intelectuales como Sigmund Freud o Franz Kafka, pero también por políticos como Adolf Hitler o Vladimir Lenin. Se ganó el sobrenombre de “La Escuela de Ajedrez” debido a que a menudo la primera planta se encontraba llena de jugadores de ajedrez. El café cerró sus puertas tras la Segunda Guerra Mundial y no las reabrió hasta la década de los ochenta. Hoy en día es un sitio muy popular para visitar en la capital austriaca. Se sitúa en la planta baja de un antiguo banco. El edificio entero es de escala grandiosa, ya que cada planta se construyó con una altura prestigiosa. La primera planta tiene una decorada sala de baile con la forma de la proa de un barco. Dentro aún se pueden encontrar los retratos del Emperador Franz Joseph I y su esposa Elisabeth de Austria. El techo está hecho de varias bóvedas decoradas. Es el típico café europeo, con muchas mesas pequeñas y redondas, reservados de terciopelo bajo las ventanas y sencillas pero elegantes arañas colgadas justo encima. Sus grandes ventanas llenan esta cafetería con luz natural y los visitantes pueden contemplar a través de ellas la vida en el centro de la ciudad. La esencial película vienesa Klimt, estrenada en 2006, se situaba en el mundo del Art Nouveau de fin de siècle y varias de las escenas se rodaron aquí. Progressive también rodó aquí en 2014, cuando trabajamos en un auncio para APT titulado Unforgettable.