Con una atmósfera oscura y lúgubre, este laberinto abandonado es el mayor sistema de túneles de Hungría, que se retuerce bajo Budapest a lo largo de 32 kilómetros. El complejo sistema incluye sótanos, cámaras e innumerables pasillos. Hay incluso una capilla subterránea con sublimes arcos minimalistas que se hizo hace un siglo originalmente para mineros religiosos. Este laberinto fue tallado en piedra caliza, por lo que siempre está a 9 grados centígrados y suele ser húmedo. Su estilo arquitectónico es extremadamente sencillo, lo que le confiere un efecto intemporal. La única característica de sus paredes son los grupos de cables y tuberías envejecidos y oxidados que serpentean por los pasillos. Aunque ha tenido innumerables funciones a lo largo de los años, este complejo de bodegas ha estado abandonado durante décadas, aparte de cuando las producciones cinematográficas nacionales e internacionales lo alquilan para rodar.