La Viena nocturna tiene muchas caras, porque alberga una gran variedad de arquitectura, que va desde la histórica a la contemporánea, desde pequeñas casas a grandiosas instituciones y palacios. Dado que esta ciudad fue el centro del Imperio austriaco durante siglos, hay edificios icónicos y monumentales, principalmente a lo largo de la Ringstrasse, que son impresionantes ejemplos de la arquitectura de los siglos XVIII y XIX. Tienen un efecto especialmente grandioso cuando están iluminados tras la puesta de sol, resaltando sus elementos arquitectónicos más significativos. Todavía en el centro de la capital austriaca hay pequeñas plazas y callejones que han permanecido intactos durante siglos. Aquí la historia está presente a una escala mucho más personal debido a las casas de apartamentos barrocas y las calles empedradas. Estos lugares tienen la posibilidad de convertirse en un lugar encantador o en un rincón inquietante. Junto a esto, la arquitectura contemporánea también prospera en Viena. Ya sean modernas estaciones de transporte, cafés o grandes edificios de oficinas a lo largo de concurridas carreteras, esta ciudad tiene todo lo necesario para representar una auténtica metrópolis. Viena ofrece tanto la visión de una ajetreada capital inundada de luces como la de una oscura ciudad del pasado.